Dedicado muy especialmente a Javier Romero.
Por creer en esta historia desde el principio.
Gracias.

26 de diciembre de 2011

XXXI.

Héctor, todavía conmocionado por su brusco despertar, miraba con sus ojos ciegos a todos lados, intentando comprender. David tragó saliva; sólo consiguió articular un absurdo:

—¿Qué…?

—Se las... Se las han encontrado en su casa —tartamudeó Eric, con los dedos temblorosos, agarrados al marco de la puerta —. Una vecina ha venido a avisarme… por eso la campana… la alarma —miró al mellizo con desesperación —. No sé… mis padres… no sé qué hacer…

—Quédate aquí —David consiguió poner un par de ideas en orden —. Quédate con Héctor y cuida de él, por favor. Daga, aquí. Buena chica. Hermano, me llevo a la perra; puede que sea útil para buscar algún rastro.

Mientras le ataba el collar al animal, le dio instrucciones claras a Héctor y a Eric de no moverse de la casa. Si el aviso había sorprendido al matrimonio y a Ana en la calle, probablemente habrían corrido a la granja de los Freg. Y si no, terminarían volviendo. Ya era de noche. Héctor no dijo nada. A tientas, se sentó en la cama y Eric le colocó una manta por encima, con manos temblorosas. A pesar de su miedo, le puso la mano en el hombro al joven ciego, carraspeó para ahuyentar la tensión y murmuró:

—No te preocupes. Yo cuidaré de ti.

David se enterneció al escucharlo. Se incorporó, se colocó el abrigo y al pasar junto al adolescente le guiñó un ojo. Éste separó los labios, quizá para hablar, pero no lo hizo. Se los mordió con la misma expresión asustada.

Ya con un pie en las escaleras, el mellizo se volvió para mirar a los dos pobres asustados que dejaba en casa. Intentó sonreír.

—Todo irá bien —fue lo único que se le ocurrió. Y salió corriendo con la perra, calle abajo.

El frío se metió por su nariz y le dolieron hasta los ojos. Su parte más irracional albergaba cierta esperanza, pero su medio corazón y todos sus recuerdos le decían qué era exactamente lo que se iba a encontrar.

Salió del pueblo y no tuvo dificultad para llegar a la granja de los Freg. A lo lejos, parpadeaban las llamas de las antorchas. Siguió corriendo. Conforme se acercaba, Daga emitía gruñidos cada vez más roncos. Al llegar, los ladridos de la perra llamaron la atención de todo el mundo. Vio caras conocidas, vecinos, soldados de ronda. Pero en un primer vistazo no encontró ni a su hermana, ni a Lucien, ni a Claudine. Ayudado por los tirones de Daga, consiguió abrirse camino entre el círculo de personas que murmuraba oraciones, lloraba o negaba con la cabeza.

Todo estaba exactamente como lo recordaba. Solo que ahora, bajo las antorchas, la sangre y los cuerpos desmembrados relucían como el oro. La noche aquella habían sido de plata y luz de estrellas. Dentro de él, algo gritó desesperado; guardaba la vaga y quizá absurda esperanza de que todo aquello hubiera sido una pesadilla. Pero no. Sobre el murete y colgando de la ventana estaban los cuerpos de las mujeres. Había un par de rastrojos negros salpicando el suelo. David contuvo la respiración al ver una pluma adherida a uno de ellos.

Daga husmeó el ambiente, dio un par de vueltas. Después, empezó a ladrar como una loca. Se le acercó uno de los soldados, con expresión cansada.

—Controla a tu perra, muchacho.

David se disculpó, le dio un tirón al animal y le acarició la cabeza para que se callara. Aprovechó que el soldado estaba allí.

—¿Qué ha pasado aquí?

—¿Eras amigo de la familia? —masculló él.

—Hace menos de una semana enterramos a los hombres —respondió David, con un tono ácido —. Mi propia familia los preparó para la tumba.

“Así que haga el favor y conteste”, tuvo ganas de decir, pero se contuvo. Lo último que le faltaba era tener un encontronazo con el cuerpo de guardia.

No obstante, el tipo pareció leerle la mente, porque dio un paso y se colocó a escasos centímetros de su cara.

—Yo tendría cuidado con los modales, chaval…

—Yo me encargo de él —dijo una voz profunda —. Vaya a ayudar a sus compañeros, soldado.

1 comentario:

  1. o_O??
    El final me ha dejado loco.

    Realmente le ha "leído" la mente?
    Quién será el de la voz profunda? (espero que no sea Constantino Romero XD)
    Y la pluma... la maldita pluma... sabrán de qué es?

    Qué emoción, qué emoción ^3^

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