Dedicado muy especialmente a Javier Romero.
Por creer en esta historia desde el principio.
Gracias.

20 de enero de 2012

XXXIII.

La mano de su hermana lo agarró del hombro. Se dio la vuelta y abrazó el cuerpo de su melliza con mucha fuerza. Se apretaron mientras la gente les pasaba cerca, los golpeaba y los apartaba. David cerró los ojos y se hundió en los cabellos negros de Ana. Ella casi le clavó los dedos en la espalda. Daga se quedó quieta, junto a sus dueños, mientras se dispersaba el gentío.

La luz se volvió más débil; sólo quedaban las luces del cuerpo de guardia. Ana cogió a su mellizo de la cara.

—¿Estás bien? —preguntó, con voz temblorosa. Él asintió.

—¿Y tú?

—Sí. Sí, estoy bien —respondió ella. Lo abrazó de nuevo y gimió. Enterró el rostro en el pecho de su hermano —. No puedo olvidar, David —sollozó —. No puedo.

No hizo falta más.

Los hermanos Cambroix se abrazaron. Era la única verdad que tenían en ese momento. Con una corriente de aire helado, sintieron una caricia en las mejillas. Húmeda y fría, se deslizó por su piel. Levantaron la vista al mismo tiempo. Del cielo oscurecido caían unos finos copos de nieve.

—Muchachos, marchaos a casa —dijo el capitán Lorraine, a medias entre la orden y la petición —. No tenéis nada que hacer aquí —hizo una pausa, sus ojos pasearon por las mejillas húmedas de la melliza—. Ana.

Ella hizo una pequeña reverencia, sorbió por la nariz.

—Capitán Lorraine… Sí. Volvamos a casa, David.

Él asintió.

—¿Quiere quedarse a Daga, capitán? Quizá pueda ser útil…

El hombre negó, tajante.

—Tenemos nuestros propios perros —su rostro se relajó. Sus pupilas se entristecieron. Bajó la cabeza —. Además, a tu hermano le hace más falta.

Los mellizos se tomaron de la mano. Dieron la vuelta y dirigieron sus pasos hacia el pueblo. Hacía frío, la nieve caía endeble. No cuajaría. Ana musitó:

—Buena suerte, capitán.

Cuando llegaron al puente sobre el Märitt, se volvieron para observar la lejana mancha de luz junto a la granja de los Freg. Ana fue la que rompió el silencio.

—Dios mío, pasó de verdad…

—Sí —murmuró su hermano, y le acarició la cabeza a la perra. El animal le lamió la mano y gañó lastimeramente —. Vi una pluma en el suelo.

Ana abrió mucho los ojos.

—¿Eso qué quiere decir?

Su hermano le pasó un brazo por los hombros y, con pasos cortos, se dirigieron a casa de los Begnat.

—El Cazador de Estrellas existe, de verdad. No es una leyenda. Si esa pluma estaba ahí…

Ana asintió.

—Esas criaturas negras… —bajó la voz —. ¿Crees que fueron los que mataron al señor Freg y a sus hijos?

—Tal vez —respondió él, aunque estaba más que convencido.

Se quedaron parados en una calle. La gente iba y venía, agitada, porque nadie podía dormir. Prácticamente todo el pueblo sabía que alguien había asesinado brutalmente a las mujeres de la familia Freg. Al día siguiente, habría otro entierro. Los mellizos también lo sabían. Daga tiraba para volver a casa, pero ninguno de los hermanos tenía fuerzas para moverse.

No sabían qué hacer. David se llevó la mano al pecho; apenas sentía el latido de su corazón… que ya no estaba entero. Ana lo vio hacer y le cogió los dedos con cariño. Le sonrió. Llevó la mano hasta su rostro y le besó la palma. Su mellizo le acarició la mejilla.

—Qué haremos, Ana.

Ella disipó sus temores con unas tiernas caricias en el pelo.

—Mañana quizá lo sepamos.

2 comentarios:

  1. http://www.youtube.com/watch?v=EsLcE_K0Ay4

    0:09



    Queremos más.
    Pobres mellizos... ¿Qué pasará? ¿Qué harán a partir de ahora?

    (Te dije ya que amaba a Lorraine, ¿cierto?

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  2. Me hago la misma pregunta que David XD
    Qué pasará ahora?
    Volverá a aparecer el Cazador de Estrellas?
    Los espectros, quizá?
    Volverán a "bailar" encima del lago?
    Intentarán averiguar hasta dónde llegan sus "poderes"?

    Qué pasará? qué pasará? que ganas tengo de saberlo ^3^

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