Ana y David se apretaron muy fuerte. Clavaron las uñas en el otro y se abrazaron, por puro instinto de protección. El Cazador de Estrellas seguía frente a ellos, moviendo a un lado la cabeza y agitando sus plumas. Sólo David consiguió reunir la saliva suficiente para enjuagarse la boca y tartamudear:
—¿Q-qué está p-pasando?
Ana sintió que el pecho le crujía como si fuera de madera cuando el pájaro les dirigió una mirada directa. Su pecho sonaba como un tronco estallando en astillas. Se llevó la mano allí por puro reflejo y su respiración se aceleró. Le asustó el quedo latido de su corazón. A pesar de la velocidad, no lo sentía cerca.
Con un movimiento rápido, abrió los brazos de su hermano y pegó la oreja contra su esternón. El sonido de su corazón tampoco le llegaba con la claridad de siempre, con el suave ronroneo que buscaba cuando no podía dormir. Era como estar escuchándolo desde detrás de una pared, y de otra, y de otra...
Estaba tan lejos…
Levantó la cabeza y miró fijamente a su hermano. David se vio reflejado en el iris de su hermana, y a ella le pasó lo mismo. Casi hablaron a la vez:
—¡Tus ojos!
Se miraron con extrañeza.
—¿Mis ojos?
El Cazador de Estrellas pareció emitir una risa ante la situación. Casi parecían un espejo. Los mellizos, sin embargo, no le vieron la gracia por ninguna parte. David alargó la mano y señaló el iris plateado y brillante de su hermana.
—Te brillan los ojos.
—Y a ti también —ella imitó su gesto—. Como si fueran...
—...plata —completó el mellizo.
—Sí... plata.
Con la respiración agitada, miraron hacia el bosque al mismo tiempo.
—¿Ves los árboles? —preguntó Ana con nerviosismo.
—Sí… Perfectamente. Lo distingo todo. Y las hojas, y el barro, y...
—...nuestras pisadas. Como si fuera… —susurró Ana, acabando la frase.
David notó que le temblaban los dedos, pero dudaba mucho de que fuese por el frío.
—Sí. Como si fuera... de día...
Volvieron a mirarse, confundidos, perdidos.
—¿Qué está pasando? —repitió David.
La voz musical y profunda del Cazador de Estrellas los asustó.
Mellizos. Corazón. Mitad.
En la cabeza de Ana se cruzaron varios impulsos como estrellas fugaces. Rememoró las palabras escuchadas la noche anterior, cuando el mismo pájaro los había vuelto a salvar. Recordó el espectro de color negro y sus ojos perdidos en la noche. Recordó también el dolor en el pecho, cuando el Cazador de Estrellas hundió sus garras en él.
La muchacha miró fijamente al ave. Ésta parecía estar esperando lo que se agolpaba tras los labios de la joven.
—Corazón... Mitad... —susurró, y casi le costó oírse a sí misma—. David, ¿cuál es la leyenda del Cazador de Estrellas?
—¿Qué? —su hermano se puso a su lado—. ¿Por qué me preguntas eso?
—¿No es verdad que se come los corazones humanos?
El muchacho dudó.
—Sí, es cierto. El Cazador de Estrellas tiene… —titubeó. No sabía exactamente cómo referirse a él… porque lo tenía delante. —… una pelea perpetua con la Luna. Ella quiere capturarlo para acabar con su libertad, pero no lo hace. Para vivir, necesita comerse las estrellas, las apaga y se dice que se las come. También dicen que se come los corazones humanos llenos de luz, porque con ellos obtiene el... el poder o la energía o lo que sea para poder salir las noches de luna.
—Entonces... —Ana regresó a los ojos de la criatura. Parecía sonreírle—. El fantasma…
David entendió, también se acordaba de aquella cosa.
—Nos salvó la vida... —sentenció.
—Y después quiso comernos el corazón, ¿verdad?
—Pero no lo hizo. ¿Por qué? ¿Cómo es que seguimos vivos?
El mismo sonido parecido a la risa llenó la cabeza de los dos hermanos. Sí, el Cazador de Estrellas estaba sonriendo, aunque ninguno de los dos sabía cómo lo hacía.
Mellizos.
Ana se tocó el pecho. Se volvió hacia su hermano y le puso la mano sobre las costillas otra vez.
—Nuestros corazones...
—No se oyen apenas... es como si no los tuviéramos... o tuviéramos...
Se miraron y hablaron a la vez, letra por letra.
—La mitad.
Parece que empiezan a entender lo que les ha pasado...
ResponderEliminarDe lo que casi no me acuerdo de lo del fantasma, tendré que revisar la historia, jejej.
Qué emoción, qué emoción ^^